Acusaron a ladero de Alvarado por las impactantes balaceras contra escuelas, comisarías y la cárcel.
rancisco Ezequiel Riquelme, actualmente detenido en el penal federal de Ezeiza, fue imputado este miércoles por haber mandado a balear dos veces la escuela “Rosa Ziperovich”, la institución educativa “José Mármol”, la cárcel de 27 de Febrero al 7800 y las comisarías 16ª y 20ª, atentados ocurridos entre abril y mayo. También fueron acusados el presunto organizador de los ataques Alexis David Álvarez, alias “Paisa”, y los sicarios Kevin Leandro Sosa y Eric Gabriel Enrique.
Con un retraso de aproximadamente una hora por planteos hechos por Riquelme para demorar el comienzo de la audiencia, los fiscales de la unidad de Balaceras, Valeria Haurigot y Franco Carbone, comenzaron a ventilar los indicios en su contra sobre los graves ataques que aún mantienen en vilo a la comunidad educativa, a la institución policial y penitenciaria. Dicha situación quedó evidenciada por la sola presencia dentro de la sala del ministro de Seguridad, Claudio Brilloni, el secretario de Asuntos Penitenciarios, Walter Gálvez y representantes del Ministerio de Educación.
El principal acusado ya está imputado como presunto jefe de una célula que cuenta con el padrinazgo de Esteban Lindor Alvarado para operar en la zona noroeste de Rosario, donde disputa a tiros el territorio con la célula de Los Monos. Incluso, en la previa a la audiencia de este miércoles los fiscales Patricio Saldutti y Adrián Spelta ordenaron nuevos allanamientos en su contra que fueron llevados adelante por la División de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal.
Según expusieron los fiscales, los atentados fueron cometidos por dos motivos. Uno de ellos fue balear instituciones públicas para generar conmoción y mediatización con el objetivo de que la célula de Los Monos se entere de los mensajes que le había dejado la organización de Riquelme a través de carteles.
El segundo propósito fue nuevamente conseguir impacto público mediante atentados en los que arrojaron notas dirigidas a autoridades del Servicio Penitenciario de la cárcel de Piñero. Allí, la pretensión era lograr una flexibilización en las requisas que se hacían a las visitas de Riquelme, que hasta inicios de junio estuvo alojado en un pabellón de alto perfil de esa cárcel.