Docentes contaron a La Capital algunos hechos que viven a diario en las escuelas rosarinas, desde robos y arrebatos hasta la naturalización que los alumnos tienen de los enfrentamientos entre bandas.
Salir a la vereda para sacarle una foto a la luna es una actividad que no requiere más que un celular, abrir la puerta que da hacia la calle y tener unos minutos disponibles para hacer la mejor toma posible. Pero para los alumnos de la escuela Simón de Iriondo, de barrio Ludueña, es un riesgo intentar cumplir con la tarea: a la noche, le dicen a la “seño”, hay “toque de queda” y nadie puede salir de casa por el riesgo de quedar en el medio de un enfrentamiento entre bandas.
Esta historia que una docente contó a La Capital es apenas una de las tantas que se registran por estos días en las escuelas rosarinas, lo que llevó a que los maestros realizaran un paro y se manifestaran públicamente este martes contra la violencia y las balaceras que están sufriendo los establecimientos, para reclamar que se ponga fin a esta situación.
En una multitudinaria movilización, que se inició alrededor de las 10.30 y por la magnitud demoró una hora en ir desde plaza 25 de Mayo hasta plaza San Martín, cientos de docentes expresaron consignas que giraron en torno a “basta de balaceras” y “basta de violencia”. También se sumó al mismo pedido personal no docente, profesores universitarios, centros de estudiantes, personal estatal y organizaciones sociales.