Con solo 22 años, una joya de Rosario Central es el apuntado para reforzar al Millonario con vistas a la próxima temporada. El sueño de su carrera, la influencia del Kily González y las críticas de su madre.
Hay dos temas por los cuales la impaciencia de Marcelo Gallardo crece: el Trofeo de Campeones que River deberá disputar el sábado ante Colón y el armado del plantel con vistas a la próxima temporada. Si bien todos los focos están puestos en el choque crucial en Santiago del Estero, el Muñeco mira más allá y ya empieza a analizar varios jugadores que podrían cruzar la banda roja en el año entrante.
Frente a la incertidumbre por el futuro de Fabrizio Angileri, en las oficinas del predio del millonario aparece el nombre de Lautaro Blanco, lateral izquierdo de Rosario Central y una de las grandes apariciones de la última Liga Profesional de Fútbol.
Nacido en las Inferiores del Canalla, el joven de solo 22 años llamó la atención del DT millonario por su despliegue, su gran manejo de pelota y sus estocadas en el andarivel zurdo de la cancha. La temporada pasada dio el gran salto a Primera División desempeñándose como volante por izquierda. Aunque, González modificó su puesto y lo convirtió en un carrilero.
En este momento, con más de 50 partidos jugados, Blanco es una de las grandes joyas de Rosario Central. Una pieza clave en defensa y en ataque. Cada vez que se proyecta, Marco Ruben sonríe. Sabe que sus centros irán directo a sus pies o a su cabeza. Como ocurrió en el empate 2-2 con River el pasado 28 de noviembre.
Aquella tarde en el Gigante de Arroyito, la promesa canalla asistió al inoxidable delantero para su gol N°99, que le permitió ser el máximo artillero de la historia del club. “Siempre hablamos de las jugadas, me dice cómo quiere que los envíe a los centros, por donde se va a parar él“, dijo Blanco semanas atrás en Rosario3.